El régimen cuenta con la complicidad de una nueva clase de artistas dóciles, de fuera o dentro del país, que desean trabajar en la isla a toda costa.
La Bienal del Deshielo, han llamado a la bienal de arte contemporáneo concluida hace unas semanas en La Habana. El mercado estadounidense se volcó en ella y muchos artistas cubanos residentes en el extranjero volvieron al país para exponer sus obras. Con la legitimación que el arte contemporáneo presta a ciertos gestos, hubo un doble de Obama paseándose por la ciudad, una playa de arena en pleno Malecón y un ícono de Facebook del tamaño de las vallas de la propaganda oficial.
La han llamado Bienal del Deshielo no solo por ocurrir en medio del restablecimiento de relaciones entre Cuba y Estados Unidos, sino también porque los artistas intentaron dar un empujón a esas negociaciones y acelerar la historia. Así, el paseo de Obama fue una premonición del viaje que el presidente prometió para cuando termine su mandato. Sombrillas y tumbonas sobre la arena descargada en el Malecón resultaron un avance de las transformaciones urbanísticas por las que tendrá que atravesar La Habana. Y la señal de Facebook sugirió un acceso a Internet como el que no existe hoy en Cuba.