La siembra o trasplante desde los semilleros, se hace en la segunda quincena de octubre y hay que abonarla a los diez días de colocada la postura en el surco; luego se realizan las labores de guataqueo, y se echan nuevos insecticidas, para después proceder al desbotonado, delicada operación que consiste en separar de la planta la yema terminal con el objetivo de disminuir el crecimiento del tallo y evitar la floración y fructificación de la planta a fin de que la savia y sustancias aromáticas afluyan hacía las hojas estimulando su crecimiento y mejorando la calidad, ya que ellas representan el único propósito del cultivo del tabaco. La operación de desbotonado es probablemente la más difícil en el cultivo de esta planta, dependiendo de múltiples factores que hay que tener en cuenta y se requieren para realizarlas obreros muy especializados, porque se pone en sus manos el éxito de la cosecha y cualquier error que se cometa no puede ser subsanado.
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