Turistas en Cuba
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Hay cubanos que piensan que los turistas que les visitan son todos ricos y viven en una fiesta continua en sus países, pero la mayoría sabemos cuál es la realidad. Nos pasamos todo el año trabajando duro, aguantando a jefes, a clientes, despertándonos muy temprano o acostándonos muy tarde para poder ganar nuestro sustento. Sufriendo todos los meses los recibos de la hipoteca, del agua, de la electricidad, del teléfono, del seguro de la casa y del coche. A veces nos quedamos en casa, no porque no nos apetezca salir, sino para llegar a fin de mes. Y así transcurre nuestra vida, entre penas y alegrías, hasta que un día, a veces periódicamente, necesitamos huir de ese stress y variar un poco al menos para conservar la cordura. Rompemos la hucha que tanto nos costó llenar o vamos al banco para que nos deje dinero que después hay que pagar a precio de oro, y nos vamos de vacaciones “como si fuésemos ricos”.
Podemos irnos a una montaña rodeados de ovejas, a visitar a nuestra familia en otra provincia, alojarnos unos días en un buen hotel de la costa donde todo te lo dan hecho o, ¿por qué no?, coger un avión, volar sobre el Atlántico y aterrizar en Cuba.
Allí no te importará parecer rico o pobre, solo vas a disfrutar lo que te has ganado, a partir de ahí tienes dos opciones, ser turista o ser viajero.